Garudasana

29.01.2018

Percibir la creación de espacios en el interior de la postura, para liberar las zonas de carga de nuestro día a día, las caderas, los omoplatos y espalda, dejándote abrazar por tus alas para relajar, controlar, ser precisos y certeros como águilas en nuestra vida, para mí eso es garudasana. 

GARUDASANA

La posición del águila

El fuego que consume todos los rayos del sol

Según la tradición hindú, Garuda es un pájaro mitológico capaz de volar sin tener que aterrizar por la capacidad que tiene al deslizarse sobre el viento.

Utilizado por el Dios de la respiración Vishnu cómo vehículo, representa las fórmulas herméticas de la magia de la Veda y la ascensión a los cielos que se consiguen gracias a ellas.

Asana de equilibrio sobre un solo pie, no hay que buscar la descripción de ese animal al realizarla, o tratar de imitar un águila, como en otras asanas; es la capacidad de encontrar ese vuelo y ese viento en el interior lo que ayuda a mantenerte suspendido como de un hilo, sustentado por el espacio de tu respiración y tus pensamientos, junto la determinación, el poder, majestuosidad y elegancia que dicho animal demuestra en su vuelo.

Sujetos en un punto de apoyo, el resto del cuerpo se enrosca hacía dentro, transformando la asana en una profunda búsqueda de alineación perfecta e interiorización, para llegar a lo esencial, la determinación y armonía en uno mismo.

Según la mitología, Garuda, rey de los pájaros, símbolo del cielo, el sol, nacimiento, libertad, y enemigo de las serpientes que simbolizan la muerte y el inframundo; su cuerpo es la mitad de un hermoso hombre que en su interior porta los sonidos de los sacrificios descritos en los Vedas, con el pico, las alas y los talones de un ave rapaz.

Garuda representa los cinco vayus o aires interiores: prana, apana, vyana, udana, samana a través de sus cinco formas Satya, Suparna, Garuda, Tarkshya, Vihageshwara, controlados por el pranayama en yoga para elevar la kundalini (serpiente enroscada en la base de la Susukma)

Mejora la circulación energética de muladhara y anahata chakra. Mediante el cierre de mudras y mulabandha, el prana encuentra la energía ascendente de apana, disuelve las semillas kármicas permitiendo la evolución interior. Es un asana que desarrolla la discriminación, el saber distinguir el bien del mal a través de la mirada aguda del águila.

Su importancia en la religión hindú puede estimarse por el hecho de tener un Upanishad, el Garudopanishad y un Purana, el Garuda Purana, dedicados a él, en los que aparecen mantras vitales que pueden aniquilar el veneno infligido por cualquier tipo de serpientes / animales.

En el Mahabarata relatan que su padre era Kasyapa, uno de los siete grandes Rishis con el poder de curar aquellos que eran mordidos por una serpiente, casado con dos hermanas, Kardu y Vinata.

Cuando Garuda nació, salió del huevo como adulto, con forma de ave brillante de tamaño imponente, como rey de las aves, pero con una energía tan potente como un infierno enfurecido equiparable a la conflagración cósmica que consume el mundo.

Los dioses asustados ante su poder le rogaron ser benevolente con ellos, y Garuda oyéndolos, redujo su tamaño y energía.

Sus hermanastros, hijos de su madrasta y tía Kardu eran 1000 serpientes. De su madre biológica Vinata nació primero su hermano Aruna, el cual que debido a la impaciencia de Vinata, nació de forma accidentada, casi deforme por falta de incubación, transformándose en el espectáculo rojo previo al amanecer.

Aruna maldijo a su madre por esto obligándola a servir a su hermana Kardu hasta que Garuda naciese...

Nacido ya Garuda y liberada de la primera maldición, en una apuesta que perdió Vinata contra su hermana, vuelve a ser sirvienta de su hermana Kardu y Garuda, para salvarla, se acercó a las serpientes para preguntarles que podría hacer para liberarla.

Ellos le pidieron el elixir de la inmortalidad o amrita, que estaba en posesión de los dioses, protegido por un anillo de fuego que llegaba hasta el cielo, junto un artilugio giratorio con cuchillas afiladas y, para terminar, dos serpientes gigantes venenosas como guardianes.

Garuda voló impávido a robarles a los dioses el elixir, los cuales le esperaban con las armaduras puestas, pero con toda su energía desatada los derrotó a todos.

Después, recogiendo el agua de muchos ríos en su pico, la arrojó sobre el anillo de fuego apagándolo.

Reduciendo su tamaño, pudo colarse entre las afiladas cuchillas giratorias, para llegar al final a las dos serpientes guardianas mutilándolas...y recoger así el elixir, en su pico.

De camino a llevar el elixir a sus hermanastros, las serpientes, se encontró con Shiva (Vishnu) el cual le prometió la vida eterna si devolvía luego el elixir a los dioses. Garuda le dijo que sí, y como agradecimiento por prometerle la vida eterna, a cambio, le prometió ser su transporte.

Después se encontró con Indra, Dios del cielo, el cual le prometió que su alimento seria las serpientes, si devolvía el elixir a los Dioses.

Para realizar todas sus promesas y obtener sus recompensas, primero situó el elixir en la hierba, liberando con ello a su madre. En segundo lugar, para ganar tiempo y ayudar a Indra, Garuda les comentó a las serpientes que antes de beber el elixir tendrían que limpiarse por dentro (ablución que se dice en yoga) y eso hicieron. En ese impas de tiempo, Indra recuperó el elixir dejando unas míseras gotas en la hierba que las serpientes chuparon con tanta intensidad, que terminaron cortando su lengua en 2. En símbolo de inmortalidad, las serpientes mudan su piel, llevan largo tiempo en la tierra y como castigo tienen la lengua bífida.

Garuda ascendió a los cielos, coronando también el templo de Vishnu y convirtiéndose en el vehículo de este.

Físicamente, requiere mucha flexibilidad en las piernas y los hombros, fortalece y estira los tobillos y las pantorrillas, estira los muslos, las caderas, los hombros y parte superior de la espalda, mejora la concentración, mejora el sentido del equilibrio. También es una de las mejores posturas para aliviar los calambres o reumatismo en las piernas, brazos y los dolores del nervio ciático, teniendo un gran valor terapéutico para las personas que sufren de asma o de dolores lumbares y para prevenir los calambres de los músculos de las pantorrillas.

Para realizarla:

  1. Comienza de pie en Tadasana, con los dos pies separados el ancho de las caderas, enraizados hacía la tierra, con las plantas de los pies y los dedos abiertos y estirados. Mira hacia delante y fija la vista en un punto, a tu presa, la concentración. Respira profundamente y centra la mente.
  2. Pon las dos manos sobre las caderas y flexiona ligeramente las rodillas sin que las nalgas caigan hacía el suelo, sigue estirando el cuerpo hacía arriba, como preparándote para volar, abre el pecho y ve basculando el peso del cuerpo a la pierna izquierda.
  3. Levanta la pierna derecha del suelo, y espirando, coloca el muslo derecho sobre el muslo izquierdo, buscando que las rodillas no queden alineadas, la derecha supera la rodilla izquierda y desde ahí trata de enrosca, si puedes, el empeine derecho detrás de la pantorrilla izquierda, asegurando la posición con los dedos del pie derecho a modo de garra.
  4. Lleva ahora los brazos hacía delante, en línea con los hombros, como si fuesen alas que te ayudan a elevar la posición y salen de los omóplatos, y flexiona los codos elevando las manos, buscando juntar los codos frente al pecho, mientras haces un ángulo de 90º con los codos y las manos y cruza los brazos, pasando el codo derecho por debajo del izquierdo.
  5. Aleja los codos del pecho y trata de subir un poco más con ellos hacía arriba, sintiendo como se abren y se separan los omoplatos por detrás y las caderas. Trata de enroscar la mano derecha por el antebrazo izquierdo, como las serpientes que trepan por las ramas y busca ascender con ella.
  6. Mantén la posición mientras encuentras el equilibrio y percibes la respiración no sólo en el interior de tu cuerpo y la parte posterior, sino en el interior de esta, buscando espacios donde el viento y el aire se muevan.
  7. Realiza lo mismo con la pierna y brazo izquierdo.

Visualizar a Garuda en los pranayama, como un águila certera cuando se lanza por su presa en vuelo, relajando y controlando la energía, los fuegos internos, calmando y controlando los cinco vayus y poder ascender y coronar tu practica junto a Vishnu.

Percibir la creación de espacios en el interior de la postura, para liberar las zonas de carga de nuestro día a día, las caderas, los omoplatos y espalda, dejándote abrazar por tus alas para relajar, controlar, ser precisos y certeros como águilas en nuestra vida, para mí eso es garudasana.

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